Origen etimológico:
Anjali- oración, mudrā- sello. Este es un Namaskara-mudrā, es decir el saludo del gesto de la oración.
RESUMEN DE LA POSTURA:
Este gesto es uno de los más bellos y conocidos. Fácil e intuitivo. Pero detrás de esta simplicidad se esconde una enorme simbología. Al hacerse cerca del pecho, apoyado en el esternón y activando el cuarto chakra el del corazón, este mudrā nos hace recogernos hacia nuestro interior, creando paz y armonía desde un lugar de humildad absoluta. Sólo un ser sosegado puede tener pensamientos serenos, fuerza y ánimos. Cuando estás en calma y equilibrio y realizas este gesto permites expresar la gratitud o respeto, es por ello que se utiliza también como un saludo o para expresar tu bendición o devoción.
Para saludar a una deidad o rendirse a un poder superior, colocaremos las manos sobre la cabeza delante del rostro como respeto y entrega hacia maestras o maestros y ancianos: en el centro del pecho para mostrar respeto en general.
Lo puedes encontrar dentro de muchos āsanas, vinyāsanas o meditaciones, igual que al inicio y al cierre de las sesiones de yoga.
Con este gesto estás uniendo tus dos hemisferios cerebrales: esa unión de polaridades te hace sentir la neutralidad en sí mism@ para conectar con tu verdadero poder interno, desde esa humildad y sosiego que trae consigo un sentimiento de merecimiento desde tu corazón.
PARA COLOCAR EL mudrā.
Sencillamente une las palmas de las manos con los dedos estirados y colócalos en el centro del pecho. El punto de apoyo es el esternón con el dedo pulgar, el mudrā no debe ejercer presión ni tensión en la posición.
Lo puedes encontrar en todas las sesiones de la escuela puesto que es el mudrā de inicio y cierre de cada una de ellas.
