Origen etmológico:
chin- conciencia, mudrā- sello. Jñana- conocimiento.
Este mudrā realizado por mucha gente que ni si quiera practica yoga, se ha establecido como el símbolo universal de la meditación y muchas veces popularmente se utiliza para decir, respira, para, cálmate, sostén. Es decir ¡no explotes! Para no explotar delante de una situación que está llevando nuestra paciencia al límite, tendremos que aplicar CONCIENCIA y encontraremos así nuestra paz interior.
¿CÓMO SE REALIZA?
Junta la yema del pulgar junto a la del índice y mantén el resto de dedos extendidos, relajados. Las palmas de las manos pueden ir hacia arriba dando sensación de ligereza y conexión cósmica o hacia abajo enraizando, llevándote hacia el interior.
En Chin-mudrā, la unión del elemento fuego (pulgar) con el elemento aire (índice) produce estabilidad y deseo de paz interior.
BENEFICIOS:
- calma la mente, contribuye a la concentración y a la meditación
- estimula el conocimiento y la sabiduría interior
- aumenta la receptividad, la armonía y la tranquilidad
- se dice que mantiene al humano con la energía cósmica y por ello ilumina el espíritu
Cuando se usa con continuidad se conecta a la memoria de lo sutil y cada vez que se realiza se reconoce la señal de la meditación.
Cuando lo usamos en prānāyāmās chin-mudrā facilita la respiración diafragmática, dirige el prānā hacia el cuerpo por lo que aumenta los beneficios de cualquier āsana. En prānāyāmā haremos una pequeña modificación, colocaremos el pulgar tocando el dorso del dedo índice. Esto nos ayuda a no volarnos tanto y a estar más presentes en la respiración.